LA SITUACIÓN
Suelos empobrecidos y erosionados.
El suelo es el hábitat que alberga las raíces de los cultivos. Se trata del lugar donde las reservas de carbono se almacenan. Los sistemas de cultivo intensivo reducen el potencial de almacenamiento natural del suelo. De este modo, muchos suelos en el mundo se encuentran tan erosionados que no son capaces de almacenar ni nutrientes, ni agua ni carbono.
EL DESAFÍO
Activar la vida bacteriana del suelo.
Restaurar la fertilidad y la estructura del suelo se realiza mediante la devolución de la materia orgánica en el suelo. Para ello existen varias reglas generales. La materia orgánica debe estar al 100% libre de patógenos. La MO debe estimular las bacterias que promueven el crecimiento. Cuanto más estable es la MO, menos se estimula la vida bacteriana del suelo y mayores serán las posibilidades de dominación por hongos. La mayoría de los cultivos hortícolas exigen que la vida del suelo esté dominada por bacterias. Sólo las plantas leñosas necesitan que la vida del suelo esté dominada por los hongos.
LA SOLUCIÓN
Activar la vida bacteriana del suelo.
La materia orgánica contenida en Melfert es un estiércol de gallinaza holandesa de calidad que, a diferencia de cualquier otro estiércol de pollo, se recoge directamente en las aves y se seca inmediatamente. Por lo tanto, la contaminación con el suelo, paja u otros materiales es imposible. Este estiércol de pollo, altamente concentrado, servirá como un sustrato para las bacterias del suelo tan pronto como se aplique agua, proporcionando un excelente remedio contra la erosión del suelo. Gracias a un proceso único, los nutrientes, que de otro modo se consumirían durante el proceso de compostaje, ahora se conservan para su uso por bacterias en el suelo.
